Invitamos a nuestros amigos a platicar sobre qué tan beneficioso sería para el planeta y las demás especies, que la humanidad sobreviviera a sí misma. También para hablar de todo lo que celebramos como simios privilegiados y cautivos del pensamiento simbólico y la propensión al chisme.
Acompáñenos a ver si, en función de cómo estuvo el día, celebramos a la humanidad o le deseamos una invasión extraterrestre.
Conocí a Maira en la década de los 90, en un insituto tecnológico que presume autonomía y excelencia académica. De inmediato nos identificamos en el margen de los convencionalismos de la época y el lugar. Coincidimos en la mayoría de las clases de teoría política de nuestro profesor favorito y luego nos recreamos en una amistad que ha durado décadas ya. Nuestras conversaciones habitualmente recurren en la deconstrucción de las tradiciones discursivas patriarcales y otros narcisismos terminales.
Abhaya y yo nos conocimos también en los 90, cuando nuestra curiosidad y autodídaktos existenciales nos llevaron a estudiar y automedicarnos con Advaita Vedanta y Shivaísmo de Cachemira.
Nos vimos por primera vez en un camioncito que nos llevaba al centro arqueológico de Teopanzolco, en Morelos, donde nos sentaríamos horas a meditar y a escuchar a una hermosa y elocuente swami, de la orden de Sarasvati y cabeza de un linaje cuyo origen puede rastrearse al siglo XIII, en Maharastra, al norte de la India.
Desde entonces incurrimos inevitablemente en conversaciones sobre lo que significa ser un simio pensante y haber sido condicionados en una tensión cultural entre la metafísica y los sistemas de valores de las religiones abrahámicas y el pensamiento científico.
Abhaya siempre puede ver el lado amable de las cosas, mientras que yo he desarrollado lo que llamo un «fatalizador integrado», que me permite visualizar, rápidamente y con todo detalle, los peores escenarios posibles para cada situación.
En la conversación es común que abunden mementos mori y que pronto pasemos de la impermanencia, a hablar de la posibilidad de que exista una realidad supracausal, más allá de las lágrimas y risas.
Además, tenemos la fortuna de estar rodeados de amig@s inteligentes y obsesionad@s con sus propios temas.
¿Qué más se le puede pedir a este fin del mundo que no se acaba?
Baalzabut
Co-Anfitrión
Proyecto de síntesis modular y diseño de audio con el objetivo profesado de abolir la dictadura de lo digital y establecer una nueva era de gloria analógica. Copyleft—all rights reversed.
Co-Anfitriona
Co-Anfitrión
Colectivo multi labial
Primera Temporada – agosto 2020
Segunda Temporada – enero 2021
Inauguramos un espacio para platicar sobre lo que pensamos del homo sapiens sapiens. ¿La humanidad es más útil al planeta como fertilizante? ¡Acompáñanos a averiguarlo!
Temporada 1, Episodio Cero | 11min
EN PLENO ANTROPOCENO, KALI YUGA, COMO QUIERAS LLAMAR AL FIN DEL MUNDO: NOS PREGUNTAMOS SI NUESTRA EXISTENCIA ES MÁS SIGNIFICATIVA QUE LA DE LOS MOSQUITOS QUE NOS CHUPAN LA SANGRE.