Diseñados por expertos en resonancia morfogenética, holografía social y física cuántica, así como por un grupo de científicos sociales con síndrome de adolescencia prolongada, los Vudúcratas® surgen como un tratamiento alternativo para sanar la democracia.
Inmersos en la somnolencia de la participación ciudadana, en un entorno deteriorado por la partidocracia y el desprestigio crónico degenerativo de los políticos profesionales, nuestro animal político ha sido domesticado, convirtiéndonos en zombis: ciudadanos sin espíritu crítico ni voluntad cívica efectiva.
Por medio de tecnología holísitca, ancestral, terapéutica y reciclable, hemos construido un dispositivo multidimensional al que llamamos vudúcrata. Los vudúcratas están conectados supracausalmente a nuestros representantes populares y resuenan armónicamente con los deseos e intenciones de los usuarios. En los trece puntos de estimulación ciudadana converge la sabiduría milenaria de varias tradiciones vivas. Al estimular estos puntos con espíritu lúdico y de servicio, podemos nutrir las virtudes poco desarrolladas de nuestros políticos. Honestidad, valor, prudencia y otras virtudes que hoy no son características de la clase política, serán invocadas por medio de la acupuntura a distancia y una nueva y más incisiva participación ciudadana. Trece puntos interdimensionales para estimular trece virtudes en nuestros políticos. Es nuestra responsabilidad usar esta tecnología para construir el país y la democracia que queremos. El poder regresa a nuestras manos.
¿Qué virtudes deberían cultivar nuestros representantes populares? ¿Qué virtudes deberíamos practicar los ciudadanos?
¿Cuáles son los temas que nos interesan? ¿Qué conversaciones queremos tener?
El antropoceno parece mostrar con gran elocuencia que uno de los rasgos más virtuosos de la humanidad es su carácter infeccioso, es ser Caballo de Troya de sí misma, cáncer de su vanidad y exterminador de todo lo vivo en el planeta.
La pandemia de COVID-19 ha puesto en evidencia la estrecha relación entre el medio ambiente y la salud humana. El cambio climático y la extinción masiva de especies son factores que contribuyen al surgimiento de virus patógenos zoonóticos.
No puede haber democracia donde la pobreza imposibilita el ejercicio de los derechos humanos fundamentales. Si queremos celebrar de forma integra a la civilización debemos incluir, entre otras cosas, todas las masacres en nombre de dios, o que el 1% de la población posee el 40% de la riqueza (y por lo general no dan propina ni pagan impuestos).
La situación de las y los migrantes es una crisis humanitaria; toda aproximación a este grave problema que no reconozca este hecho, es miope, sorda o tiene una agenda distinta a la protección de los derechos humanos.
En un país con las más altas tasas de impunidad, con un alto nivel de criminalidad y corrupción e ineficiencia normalizadas en los sistemas de impartición de justicia, cuestionar el enfoque punitivo prevaleciente, el populismo penal o la casi inexistente investigación criminal es tan necesario como mejorar el estado de las policías.
La cultura puede ser nuestro enemigo o un vehículo para trascender la alienación de los metarrelatos y narcisismos crónicos del capitalismo y otras metafísicas totalitarias. ¿De qué hablamos cuando hablamos de cultura?
La cuestión sobre la esencia de la tecnología sigue vigente, sobre todo con el advenimiento de la Inteligencia Artificial y su convergencia con la inagotable estupidez natural de la humanidad.
¿En qué creemos cuando creemos vivir en una democracia liberal moderna?
Hay que aprender a vivir con la drogas, no parece que vayan a desaparecer como la especie humana; mientras, podemos superar los atavismos, la estigmatización de los usuarios y los enfoques punitivistas para atender las adicciones y las crecientes patologías mentales con una perspectiva científica y de salud pública.
Es posible proteger el ejercicio de los derechos fundamentales de cualquier persona sin importar cómo se identifique o experimente a sí misma. Mientras, podemos revisar los discursos belicosos o autocomplacientes sin acomodarnos fácilmente a alguno de ellos.
¿Tienen un minuto para que les hable de la Dimetiltriptamina? Oigan, en serio: ¿por qué no están hablando del DMT?
Hagamos ejercicios narrativos distópicos para no sucumbir a los estragos de la esperanza y otras neurosis asociadas a trastornos de la postergación.
Reirse de lo más sagrado debería ser la única práctica espiritual a tomarse en serio.
Somos una cooperativa y experimento lúdico que se automedica filosofía política y otras preguntas perennes, para no aburrirse con la coyuntura política y su mar de información tóxica y monótona. Compartimos la creencia de que la humanidad podría salvarse de sí misma, si logra reírse con total franqueza de todo lo que considera sagrado. Los Vudúcratas también son un taller que diseña herramientas metapolíticas didácticas, con un enfoque de economía circular comunitaria.
Vudúcrata cero
Expolitólogo, exterapeuta psicocorporal transpersonal, expublicista. Tiene una fijación con la filosofía política y las metafísicas no dualistas. Creó los Vudúcratas® hace 15 años para ayudar a la clase política por medio de la acupuntura a distancia
Politólogo
Politólogo
Activista sónico
Politóloga
Escritora
Data Scientist
Director Creativo
Budócrata
Reinventor
Cineasta
Norteño profesional
Entre otras cosas, en que somos humanos, en que por el simple hecho de serlo, tenemos algo llamado derechos fundamentales, en última instancia: en que estamos realmente vivos y en que existe algo que todos llaman realidad, y que aquí vivimos todos.
Eso creemos, pero si el viejito Uppaluri Gopala estuviera vivo nos recordaría que de nada nos sirve saberlo.
Lo que es seguro es que no estaremos ahí para comprobarlo.
Válvula o esfínter metafísico, asiento del alma en el cuerpo o simplemente una glándula más, nos da curiosidad la atención que ha despertado lo mismo en tradiciones milenarias que en el padre de la modernidad científica, René Descartes. Ok, nos interesa porque también produce Dimetilriptamina (DMT).
Nada mejor que descubrirlo por sí mism@s.
Cada-un@-de-ell@s. Ok, no. Seguro tu gurú, no; y tú, tampoco.